Tag Archives: restaurante

Plato podrido

- Camarero, camarero, este plato del día está literalmente podrido
- Usted no dijo de que día lo quería, señor

Read the article:

Plato podrido

Una mosca en mi sopa

Image 01Bares1.png

- Camarero, camarero, hay una mosca en mi sopa.
– No se preocupe, señor, no beberá mucho

- Camarero, camarero, hay una mosca muerta en mi sopa.
– Sí señor, la verdad es que nadan bastante mal

- Camarero, camarero, hay una mosca muerta en mi sopa.
– ¿Y qué esperaba por este precio? ¿Una viva?

- Camarero, camarero, ¡hay una mosca nadando en mi sopa!
– ¿Y qué quiere que haga? ¿Que llame a un salvavidas?

- Camarero, camarero, ¿qué hace esta mosca en mi sopa?
– Yo diría que braza australiana, señor

- Camarero, camarero, ¿qué significa esta mosca en mi sopa?
– No lo sé, señor, no soy echador de fortunas

Visit source: 

Una mosca en mi sopa

Los diarios

Image 01Matrimonios1.png

DIARIO DE ELLA:
El sábado por la noche lo encontré raro. Habíamos quedado en encontrarnos en un bar para tomar una copa. Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mía porque llegué con un poco de retraso a mi cita, pero él no hizo ningún comentario. La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más íntimo para poder charlar más tranquilamente. Fuimos a un restaurante y él se seguía portando de forma extraña. Estaba como ausente. Intenté que se animara y empecé a pensar si sería por culpa mía o por cualquier otra cosa. Le pregunté y me dijo que no tenía que ver conmigo. Pero no me quedé muy convencida. En el camino para casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme. No sé cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería, no dijo nada y yo estaba cada vez más preocupada. Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había terminado entre nosotros. Por fin desistí y le dije que me iba a la cama. Más o menos diez minutos más tarde, él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor. Pero seguía teniendo un aire distraído. Después quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido. Empecé a llorar y lloré hasta quedarme adormecida. Ya no sé qué hacer. Estoy casi segura de que sus pensamientos están con otra. Mi vida es un auténtico desastre.

DIARIO DE ÉL:
Perdió el Madrid. Al menos eché un polvo.

More here:  

Los diarios