Análisis de Drawn to Death

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Versión analizada en PlayStation 4 Pro. Copia digital proporcionada por Sony.

David Jaffe lleva viviendo de que hizo God of War la tira de tiempo. Antes hacía lo propio con Twisted Metal, el juego de coches que disparaban con un payaso en la carátula, pero como la serie ha quedado en el ostracismo reivindica la paternidad del espartano Kratos. Y hace bien, claro. Ahora nos propone Drawn to Death, un multijugador en línea que llega de la mano del estudio The Bartlet Jones Supernatural Detective Agency, en el que han ayudado los chicos de Sony San Diego. Si hay algo en común en todos los títulos de David Jaffe, es que son una macarrada. Personajes al borde de la locura, metal oxidado, máscaras exageradas y mucha casquería, todo para dejar claro que todavía no ha salido de la pubertad y que conecta a la perfección con el adolescente norteamericano medio. Jaffe será menos sutíl que usar una escobilla del váter como supositorio, pero al menos sabe hacer juegos divertidos, que es de lo que se trata.

Drawn to Death es un multijugador en línea. La única parte que podremos jugar si conectarnos a los servidores será el entrenamiento, que se divide en un tutorial y en una galería de tiro. Lo demás que encontraremos será el buscador de partidas, las opciones de personalización de nuestros seis personajes y la tienda en la que comprar las “cajas misteriosas”, de las que hablaremos un poco más adelante. La gracia del tema está en la ambientación, todos los personajes y escenarios están diseñados como si estuvieran hechos a bolígrafo en nuestra libreta durante una clase de instituto. De hecho, lo primero que veremos antes de empezar a movernos por las opciones será un video con ¿actores? reales que están en clase aburridos. Como es de esperar impera el color blanco de las hojas de papel al más puro estilo cel shading, pero en lugar de bordes negros tenemos múltiples trazos como si estuvieran repasados con un bolígrafo. Hasta el sombreado que les aporta la consistencia poligonal parece hecho con nuestro Bic cristal. Y claro, como se supone que los dibujantes que hacen a los personajes y los entornos son niñatos con pelo de emo y zarcillos por toda su cara, los personajes que tenemos son de lo más variopinto, como el punkarra Johnny Savage, la demoniaca Diabla Tijuana o el vampiro robótico llamado Cyborgula. Todos dignos de aparecer en Granjero busca esposa.

El juego sale por 19,99€, pero entra dentro de los títulos ofrecidos en la suscripción Plus del mes de Abril. El secreto está en las microtransacciones. Como si fuese un juego “Free to Play”, con la descarga inicial podremos jugar hasta hartarnos, pero deberemos pasar por caja si queremos acelerar el acceso a todo lo que hay disponible. Por 9,99€ accederemos a todas las armas que hay disponibles, mientras que la mayoría de los disfraces para los personajes y las provocaciones (los cartelitos que parecen Gifs) que les sortaremos en la jeta a nuestros rivales aparecerán en las “cajas misteriosas”. Podremos ganar estas cajas, pero por hay diferentes ofertas para conseguirlas a cambio de dinero real. Al menos si nos toca material que ya tenemos en estas cajas, nos darán en su lugar dinero del juego para comprar material que no tengamos. Aparte, hay material que se desbloquea por jugar, al subir de nivel a los personajes o al realizar misiones concretas que nos especifican en los enfrentamientos. En resumen, deberemos pasar muchísimas horas frente a la consola para desbloquear todo el contenido de esta “primera temporada”, lo que indica que el año que viene sacarán más contenido como si se tratase del Killer Instinct de Xbox One.

En cuanto a la jugabilidad, estamos ante un título en tercera persona en el que prima la velocidad y los reflejos. Olvidarse de las coberturas o de los enfrentamientos tácticos. Aquí deberemos ir a toda pastilla mientras recogemos los potenciadores y los objetos que tendrán nuestra resistencia al máximo para que el enemigo no sepa ubicarnos. Porque podrá hacerlo con un simple vistazo, nuestra posición aparecerá continuamente en pantalla mediante un icono. Al menos tendremos el doble salto, os movimientos de esquiva y los recursos del escenario (impulsadores y portales que nos llevan a otro punto) para que no caigamos a las primeras de cambio. Cada personaje tendrá sus ventajas y opciones, eso se veía venir, pero lo que nos ha sorprendido es la presencia de la “mano” que se encarga de hacer los dibujos como entidad capaz de desequilibrar la partida. Tras activar la “mano” mediante la cruceta, desataremos los ataques más poderosos durante un tiempo concreto. Cada jugador podrá utilizarlo una vez por partida. En cuanto a las armas, recuerdan un poco a Ratchet & Clank, sobre todo porque muchas de las armas parecen sacadas de las privilegiadas mentes de Insomniac Games.

Los modos de juego son los típicos que conocemos, por equipos y en solitario, pero el juego presenta una restricción complicada de justificar: solamente podremos jugar de dos a cuatro jugadores. No sabemos si lo que buscan es que podamos encontrar partidas rápidamente, pero es una cantidad a todas luces insuficiente si lo comparamos con otros juegos similares. Al menos aquí encontraremos mucho humor zafio y muchas bromas de las que gustan en la MTV. Ojito a la rana del tutorial, cuenta con algunas “perlas” dignas de mención. El apartado técnico es muy llamativo, funciona muy suave y tiene personalidad, sobre todo en algunos personajes, realmente muy llamativos. La pena es que al poco tiempo esa estética de libreta pintarrajeada puede cansar. Hay pocos escenarios y al final los disfraces no aportan la variedad que el juego necesita. Al menos el tamaño está bien ajustado para cuatro jugadores, de manera que se compensa sus limitadas dimensiones con los múltiples elementos móviles, las trampas, los secretos que contienen y una estudiada verticalidad que encaja a la perfección con el exagerado impulso del doble salto. Parece que tienen muelles en los pies. Las voces en inglés molestan más que ambientan y no nos extrañaría que los temas cantados de los menús fuesen del grupo del sobrino de Jaffe.

Conclusiones

Drawn to Death se queda a mitad de camino en muchos aspectos. Cuenta con la ventaja de entrar dentro de la suscripción Plus, pero no parece que vaya a tener la aceptación de Rocket League. En esta ocasión las partidas se hacen menos ágiles y mucho más caóticas, sin olvidar el desembolso adicional que hay que hacer si queremos una experiencia inicial satisfactoria. Las microtransacciones son parte del modelo de negocio, pero creemos que en cuanto pase el mes de abril, el juego ofrece demasiado poco contenido por esos 19,99€ que hay que abonar de base. Esperemos que las actualizaciones se sucedan con más personajes o un modo de supervivencia por oleadas para los cuatro jugadores que pueden jugar a la vez. Suponemos que esas cosas llegarán junto a la segunda temporada, por lo que ahora, deberemos tirar con lo que hay. David Jaffe ha conseguido impregnar su estilo en este Drawn to Death, pero será que algunos nos hacemos mayores, porque ya no nos reímos ni con las bromas Jackass ni llevamos chaquetas vaqueras con parches de Megadeath.

El diseño es muy original. Las armas y los especiales.

Muy caótico y poco intuitivo. Al poco cansa la estética. Solo 4 jugadores. Micropagos.

Un shooter muy llamativo que se abraza a las microtransacciones para alargar la duración. Divertido, pero muy zafio.

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Drawn to Death