Las frías hordas del Eterno Retador


El caótico mundo de

Warhammer Fantasy

es muy variado; tanto, que debe resultar tremendamente complicado concentrar un buen número de razas, culturas y escenarios en un juego, manteniéndolo todo en perfecto equilibrio y a la vez procurando que el contenido no abrume al jugador que experimenta su primera toma de contacto con el título. Algunas de las facciones más representativas de este fantástico universo tienen ya su lugar en

Total War: Warhammer;

otras, aparecerán con su secuela -cuyo avance puedes leer

aquí

– prevista para el 28 de septiembre de este mismo año.

Norsca

, la facción que hoy nos ocupa, llegó hace unos días en forma de contenido descargable a

Total War: Warhammer

, y estas son nuestras impresiones.

No obstante, antes de adentrarnos en la valoración del ámbito jugable, resulta indispensable un pequeño resumen del trasfondo de la nueva raza; Norsca es una península gélida y hostil, la última frontera que separa al mundo de los Desiertos del Caos. Situada al norte de los reinos de los humanos, estos dominios boreales de inmensas cadenas montañosas están habitados por gentes frías y duras, moldeadas por la guerra, la nieve, el hambre y los horrores que invaden sus tierras desde el noroeste. Casi todos han prestado juramento a los Dioses Oscuros, a los que rinden total devoción, como es el caso de Wulfrik el Errante y Throgg, los dos señores legendarios que introduce esta nueva facción.

Wulfrik, el Eterno Retador

, es un gran guerrero procedente de las tribus barbáricas del norte. Condenado a una vida de violencia y constantes duelos por su arrogancia, ha viajado por los confines del mundo retando a otros luchadores legendarios. Esta existencia sanguinaria del propio personaje ha sido bien reflejada en el videojuego, ya que

El Errante

se presenta como un señor legendario muy capaz en el combate cuerpo a cuerpo, especialmente a la hora de enfrentarse a otros líderes de facción. Su árbol de talentos está principalmente dirigido a esta función y a la potenciación de algunas de las unidades de

Norsca

-a las que añade la capacidad de provocar miedo de forma pasiva-, entre las que se encuentran los mastines o los impresionantes y destructivos mamuts. Por su lado,

Throgg, el Rey de los Trolls

y el único de gran astucia y perspicacia de su clase, aunque sirve a similares propósitos -también es una poderosa unidad centrada en el combate a corta distancia-, ofrece grandes beneficios a los de su propia raza.

Sin embargo, estos dos señores legendarios no son las únicas novedades que trae este nuevo DLC; encontramos también nuevas mecánicas como la congelación -que reduce la velocidad de movimiento de las tropas de forma sustancial- o la caza de monstruos, que nos llevará a enfrentarnos a poderosas criaturas a cambio de grandes recompensas y equipamiento legendario. Pero sin duda, la característica más importante de Norsca es la devoción a los Dioses Oscuros, representados por el Mastín, el Cuervo, la Serpiente o el Águila, que nos permitirá arrasar asentamientos y construir monolitos para adorar a una de estas diabólicas deidades. Cada uno de los dioses aporta diferentes recompensas, las cuales aumentarán conforme aumente el propio medidor de devoción a través de nuestras ofrendas.

En conjunto, Norsca es una facción agresiva y entretenida, que aportará grandes dosis de épica y sangre a Total War: Warhammer. Sus grandes bazas son una poderosa infantería apoyada por las innegables capacidades destructivas de otras criaturas -como mamuts, trolls, licántropos, chamanes hechiceros, fimires o Dragones de Escarcha- y la interesante mecánica de la devoción a los Dioses Oscuros. Su única pega: no posee un modo de campaña único, como sí era el caso de los Elfos Silvanos o los Hombres Bestia, carencia que también se refleja en su menor precio. Es evidente que Creative Assembly no ha asumido grandes riesgos con Norsca, pero en medio del maremágnum colérico que son las batallas de las hordas del norte, uno se olvida de todo.

Análisis de Typoman: Revised

Analizado en Xbox One. Copia digital proporcionada por Brainseed Factory.

Braid marcó el camino y Limbo le siguió sin pestañear. Luego vendrían muchos, algunos copiaban de forma descarada la fórmula mientras que otros se acercaban a esas cotas de magnificencia. Bien, realmente solamente Inside (también de Playdead) ha conseguido estar a la altura. De hecho, los clones de Limbo han proliferado como las hormonas en Hombres, mujeres y viceversa. De todos ellos, Typoman era de los más llamativos. Sí, el juego de Brainseed Factory tenía ese halo decadente, ese diseño fatalista y ese planteamiento tan macabro que tan bien le sienta a este tipo de juegos por mucho que ya los tengamos más que vistos. Typoman además innovaba en los puzles al introducir letras para formar palabras que se convertían en la clave para progresar. El juego que llegó a Wii U hace más de un año, se ha actualizado bajo el nombre de Typoman: Revised para su estreno en PC el agosto pasado. Ahora llega a Xbox One y PlayStation 4 en su expansión multiplataforma.

Estamos en un mundo apocalíptico. Un mundo dominado por bestias, meteoritos y trampas que hacen la supervivencia una verdadera lotería. Un mundo que necesita un héroe. Pero un héroe con mayúsculas, con peso de verdad en cada una de esas letras. Y es que las letras son el principal atractivo de este mundo por el simple motivo que tienen presencia física. De hecho, nuestro protagonista comienza como una letra “O” que comienza a rodar cuesta abajo hasta que encuentra una “E” que le sirve de cuerpo. De golpe y porrazo, tendremos a “HERO” en pantalla. Nuestro principal cometido será saltar, empujar y agarrar objetos, con esos puzles de cajas tan típicos para subirnos a una escalera inicialmente inalcanzable.

Pero hay más. Hay letras en el mismo escenario que podremos mover y colocar. Mediante un sencillo menú, podremos alterar el orden de las letras que podamos juntar en pantalla que esconden la solución a nuestros problemas. Si queremos que un ascensor se active, bastará con juntar “ON”, mientras que para que bajen unas escaleras hasta nuestro alcance tendremos que componer “DOWN”. La gracia está en que el mismo escenario está lleno de letras, de forma que en las puertas podemos leer “GATE”, en las plataformas “PLATFORM” o en las zonas con gases venenosos “GAS”. Incluso podremos crear palabras que no tendrán incidencia en pantalla, para posteriormente compararnos en los marcadores para ver la cantidad de ellas que han encontrado otros jugadores.

Nos encanta el mundo de fantasía en el que se encuadra todo. Un mundo en el que los pájaros son avioncitos de papel, los monstruos están creados con letras y los fondos parecen pintados a acuarela, con unos todos sobrios que quedan genial con la tipografía resaltada de cada letra en negro. El verdadero encanto del juego reside en la imaginación con la que han conseguido implementar las letras dentro de la jugabilidad y dentro del escenario, hasta el punto en el que se convierte en la principal seña de identidad de un juego encantador. La banda sonora acompaña con tintes lúgubres, composiciones duras y rimbombantes que encajan con ese aire de catástrofe que siempre nos rodea. Claramente, el apartado audiovisual está entre lo mejor del juego junto a la idea de la jugabilidad.

A la hora de hacer balance, las buenas sensaciones se diluyen conforme progresamos. El comienzo es fantástico, con un prólogo que nos invita a hacernos ilusiones casi desmedidas. Pero luego encontramos una dificultad mal ajustada y la pérdida de toda la inspiración que inicialmente nos conquista. A estas alturas, sobra decir que tendremos que saber inglés para formas las palabras. De hecho, mucha de las gracias y de los guiños se basan justamente en eso, como cuando vemos la palabra “RUSH” en el fondo… para a continuación caer una piedra con una “C” que completa la palabra. Por insistencia (y videos de Youtube si somos unos tramposos) conseguiremos completarlo, pero la duración resulta muy escasa con tres capítulos y un prólogo casi testimonial. Un juego con grandes ideas y buena presencia, pero que se desinfla conforme comprobamos que dura poco y que no brilla tan fuerte como nos hace creer al principio.

La idea es genial. Los puzles con las letras. El diseño.

La duración. Conforme progresamos, no resulta tan inspirado.

Este héroe con mayúsculas se inspira en Limbo, y casi lo consigue, pero le falta para conseguir la excelencia.