Análisis de Panzer Dragoon: Remake

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Versión analizada Nintendo Switch. Copia digital proporcionada por Forever Entertainment.

En tiempos en los que cualquier cosa se remasteriza para volver a venderse, da gusto ver algo que “queríamos ver”. Uno de esos juegos que “queríamos ver” es claramente Panzer Dragoon, el shooter sobre raíles que deslumbró en Sega Saturn y marcó en aquella consola su destino a fuego. Una segunda entrega llamada Panzer Dragoon II Zwei y el salto al RPG con Panzer Dragoon Saga redondearon el mito. Luego llegaría ese otro hito en la primera Xbox que fue Panzer Dragoon Orta, pero ni era la consola ni era el momento. O sí, porque para ser un mito, hay que elegir muy bien el sitio en el que uno se postula. Vamos a lo que vamos, que tenemos remake de Panzer Dragoon, del primero, el que lo empezó todo. Y para ello, Forever Entertainment se ha hecho con la oportunidad de darle un nuevo nacimiento al dragón protagonista desde que eclosionara hace la friolera de veinticinco años.

Panzer Dragoon es la historia de una guerra, una torre y un dragón. La remakeada intro nos pondrá en antecedentes y nada más empezar a jugar ya tendremos a nuestro protagonista sustituyendo a un jinete herido de muerte con una misión por realizar. El juego va de impedir que las fuerzas hostiles, claro, y con simple y concreto “el dragón sabe el camino” que nos sueltan se justifica toda la mecánica prefijada que nos llevará a lo largo de los siete niveles que consta este shooter. Ya está. Siete niveles de una duración muy cuestionable que estarán coronados por un enemigo final con su correspondiente barra de vida que deberemos eliminar para que perezca ante nosotros. Estamos ante un juego limitado, claramente imbuido por aquella corriente arcade que profesaba Sega y la hacia la reinona de los salones recreativos con experiencias cortas pero muy intensas. Ese mismo espíritu de tener una recreativa en casa es el que se quería transmitir con los primeros títulos de Saturn, y aunque se estrenase directamente en la consola, Panzer Dragoon fue creado con esa idea en mente.

Saturn desató a la bestia, por fin el bicho vuela fuera de su hábitat natal.

La jugabilidad es muy basiquita, el dragón va solo y nosotros movemos el puntero por la pantalla para disparar a todos los enemigos. Podemos disparar pulsando repetidamente el botón o dejarlo pulsado para que al pasar por encima de los enemigos se quede una marca, de forma que la soltarlo un disparo teledirigido vaya directo a ese objetivo señalado. La gracia está en que por mucho que el ritmo lo marque nuestra montura, podremos girar la vista a golpetazos de 90 grados para ver lo que pasa a nuestros lados y a nuestra espalda, ya que los enemigos nos rondan en 360 grados. El que haya jugado a Rez Infinite sabrá de qué va el tema. Además de disparar podremos mover a nuestros dragón en todas direcciones sin salirnos de la ruta establecida para evitar disparos, pero curiosamente no podremos esquivar si tenemos la vista en los laterales o en nuestra espalda. Al finalizar cada nivel, nos dirán el número de enemigos abatidos, los que hemos dejado escapar y el porcentaje de aciertos, detalle que nos servirá para desbloquear extras si conseguimos el cien por cien en todos ellos o al terminarlo con los tres niveles de dificultad disponibles. Se termina de una sentada, de ahí que nos inviten a hacer esas cosas para amortizarlo un poco.

Una de las novedades más esperada recae en la forma de adaptar esa jugabilidad a la actualidad. Y es que en su momento, los controladores no tenían segundo stick para controlar el puntero de mira, por lo que han optado por dejar un modo “Clásico” calcado al original y uno nuevo que aproveche la dualidad de sticks que tenemos en los mandos actuales. Por mucho que le demos velocidad del triple puntero (que desconcierta más que gusta) y cambiemos al modo nuevo, el manejo de las trae. Resultará complicado sentirnos cómodos moviéndonos y disparando, lo que termina por afectando a la experiencia de juego: ya era complicado atinar en su día y parece que con el tiempo la cosa no ha mejorado. Tampoco tiene muchas más novedades de entrada, además de poner los textos en castellano y un modo foto para que demos rienda suelta a nuestra vena artística.

Este juego cambió para siempre la forma de imaginarnos un dragón.

Pasemos a los gráficos, el principal reclamo de esta nueva edición. A ver, lo primero que llama la atención es que se nota que han intentado respetar los modelados originales y que les han metido polígonos para que tengan más empaque y más consistencia, hasta ahí bien. Lo que resulta más extraño es la elección de texturas y tonalidades, sobre todo para los escenarios. El juego ahora resulta mucho más luminoso y colorido, algo que choca directamente con la ambientación que proponía la obra original. Si el juego de Saturn mostraba un mundo yermo, oscuro y triste… éste remake lo maquilla con una manita de fiesta flamenca que no contentará a todos. Se ve mejor, sí, pero traiciona en parte el estilo del clásico. En cuanto al rendimiento, hay elementos que aparecen de forma repentina en el horizonte y la tasa de imágenes por segundo rasca al pasar a los enemigos finales, pero en líneas generales aguanta medio bien. La banda sonora era una maravilla y es justo lo que tenemos aquí… la misma banda sonora del maestro Saori Kobayashi que había en Saturn. Las remezcla de esos mismos temas grabados por una orquesta llegarán dentro de muy muy poco (eso han dicho en la cuenta oficial del juego) mediante una actualización, pero a fecha de la publicación de este análisis no se ha producido. Seguimos esperando.

Hay juegos que son de su época y su contexto. Panzer Dragoon fue un juego importante en Saturn, en aquel tiempo hubo mucha polémica por la conversión de juegos claves (centrados principamente enVirtua Fighter y Daytona USA) y el juego que devolvió la ilusión a los propietarios de la consola fue precisamente Panzer Dragoon. Luego Panzer Dragoon II Zwei mejoraría enormemente a la primera parte, y los dos siguientes juegos encumbrarían la franquicia… pero todo ese accidentado camino nos lleva a la conclusión de que la primera entrega se queda como la peor de todas ellas. Eso provoca que nos hagamos la siguiente pregunta… ¿Panzer Dragoon ha envejecido bien? No, no ha envejecido muy bien, ni por duración ni por jugabilidad, y esas taras se transmiten irremediablemente a este colorido remake. Puestos a mejorar un título que peina canas, o le metes mano a sus principales problemas (control y duración) o esa puesta al día gráfica se queda en nada. Y aquí hay un poco de ambos problemas, ni el control es el mejor posible, ni la duración está convenientemente ampliada, lo que termina por ser un quiero y no puedo de manual. Al final nos queda un juego para fanáticos de la obra original que criticarán cada decisión tomada y curiosos que han escuchado hablar de la serie y estaban deseando probarlo. Sin ser un mal remake, esperábamos más.

Redactado por Juan Emilio Palomino (Spiderfriki)

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Panzer Dragoon: Remake