Pensilvania considera un impuesto a los juegos violentos para frenar los tiroteos en escuelas

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Para las personas que conocemos esta industria y hemos jugado todo tipo de videojuegos violentos, este “debate” está más que cerrado desde hace al menos una década. No obstante, todavía estamos viendo ataques injustificados hacia los videojuegos que contienen algún tipo de violencia, como el propio presidente de los Estados Unidos en sus discursos e incluso en repetidas declaraciones de la NRA, atribuyendo parte de la autoría de los asesinatos en masa al uso de videojuegos violentos.

El siguiente capítulo de este despropósito tiene lugar esta vez en Pensilvania, donde tres abogados han redactado una ley que impondría un nuevo impuesto del 10% en los videojuegos violentos para supuestamente frenar los tiroteos en escuelas y financiar medidas de prevención en esta línea. Chris Quinn, el representante republicano dijo el año pasado que “un factor que puede contribuir en el aumento de número e intensidad de violencia es que los niños ven y actúan como en los videojuegos.” Las palabras de Quinn se apoyan en un estudio del Centro Nacional para Investigaciones de la Salud, que afirma que “estudios han demostrado que jugar videojuegos violentos puede incrementar los pensamientos agresivos, comportamientos y sentimientos tanto a corto como largo plazo”. Esta declaración convenientemente ignora parte de las conclusiones de este mismo estudio, que afirma que existen muy pocos estudios al respecto, que requirirían de grandes números de niños como grupo de enfoque y que no existe ninguna evidencia concreta que soporte estas declaraciones.

Esta ley ya fue desechada en octubre del año pasado, cuando la ESA señaló que dicha ley sería inconstitucional y declararon en una entrevista para Variety que “animamos a los legisladores de Pensilvania para que trabajen con nosotros con el objetivo de informar sobre los controles parentales y el rating de videojuegos ESRB.”

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