Análisis de Agony (2017)

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Versión analizada Xbox One. Copia digital proporcionada por Koch Media.

Hablar de Agony nos lleva a aquel proyecto de Kickstarter que tenía como meta los 66.666 dólares y que llegó a multiplicar dicha cifra. La estética oscura, de terror, violenta e incluso macabra que llamó tanto la atención en su día ha acabado estando plasmada en el juego final, pero por desgracia toda esta temática que rodea al infierno se encuentra muy mal adentrada en el mundo de los videojuegos. En este análisis te contamos todo lo que debes saber sobre el trabajo de Madming Studios, aunque ya te adelantamos de que no hay muchas razones para que pase a ser recordado como un gran título de terror.

Nuestra misión principal en el juego es encontrarnos con la Diosa Roja para averiguar cómo poder salir del infierno, y para ello tenemos que controlar al alma en pena que “encarnamos”. Realmente no somos un personaje en particular, ya que cuando morimos contamos con la capacidad de adentrarnos en el cuerpo de otras criaturas que habitan en el lugar y con las que hemos interactuado previamente, pero eso sí, de forma limitada. En todo momento nos encontramos indefensos y por ello el sigilo y los escondites suponen dos puntos importantes en el desarrollo de la aventura. Más adelante conseguimos el poder de poder tomar otras criaturas que nos ofrecen más posibilidades, pero estas mecánicas no se encuentran demasiado aprovechadas.

Los puzles son una pieza fundamental para poder avanzar por el infierno y en la mayoría de los casos se tratan de situaciones en las que tenemos que encontrar determinados elementos para colocarlos en el lugar correspondiente o completar pinturas con nuestras propia sangre previa investigación de la zona. Según avanzamos nos topamos con puntos de control a los que podemos volver en el caso de morir, aunque en muchas ocasiones no se encuentran muy bien ubicados, haciendo que tengamos que repetir tareas largas en el caso de ser detectados por los enemigos.

Las habitaciones repletas de miembros cortados y mil pinchos adentrando en cadáveres son la tónica principal de la ambientación y a esta violencia le acompañan sus correspondientes dosis de escenas de sexo. Sin lugar a dudas no se trata de un videojuego con el que pueda disfrutar cualquier persona que se encuentre incómoda con el género más gore. Eso sí, sin lugar a dudas se trata de una de las características más importantes y peculiares de la experiencia, por lo que está destinado a un público muy concreto.

Una de las principales bazas con las que juega Agony es la de hacer que los jugadores tengan la sensación de estar dando vueltas y desorientados. En cierta parte esto se debe a lo laberínticos que son algunos de sus parajes, pero también a que tenemos limitado el uso de la habilidad que nos guía hacia el camino a seguir, a excepción del modo fácil en el que se puede utilizar más repetidamente. Pero es más, esta habilidad en muchas ocasiones no es todo lo útil que nos gustaría, ya que nos indica caminos a seguir a través de paredes, por lo que muy pronto perdemos su rastro.

El modo historia cuenta con varios finales y cantidad de coleccionables, pero además hay otros modos de juego para dar más vidilla al título. El modo Agonía nos presenta estancias aleatorias en las que tenemos que registrar nuestros resultados para competir contra las marcas de otros jugadores. Por otro lado está el modo Súcubo que nos deja adentrarnos en la experiencia en el cuerpo de uno de estos seres. No dejan de ser modos de juego curiosos, pero el potencial del juego reside en su modo historia, especialmente en el mayor nivel de dificultad.

Para gustos los colores, y en este caso la temática del juego, pero si hay una cosa clara es que la estabilidad y el rendimiento de Agony dejan mucho que desear. Los problemas con las bajadas de fps durante la aventura son constantes, así como el control del personaje es altamente engorroso, tanto que en ocasiones tenemos que pensar cómo atravesar un estrecho pasillo en el que nos chocamos con las propias paredes. Otro tema importante a comentar es lo oscuro que llega a ser el juego en muchos momentos, tanto que tenemos que configurar el gamma por encima de los valores que parecerían correctos. El sonido ambiente por su parte llega a adentrarnos en el escenario, pero la reiteración de algunos sonidos y gritos llega a mermar el suspense y la tensión.

Conclusiones

Es cierto que nos encontramos ante un título que no es apto para aquellos jugadores más sensibles, dado que a lo largo de la historia se ofrece todo un elenco de situaciones e imágenes que pueden llegar a ser muy desagradables. Eso sí, también es cierto que el nivel de gore de Agony llega a ser altamente gratuito en algunos momentos (ya ni hablar de las escenas que han sido censuradas y que podéis encontrar por Internet) incluso haciendo que nos salga alguna carcajada acompañada de una cara de asco. Dado que las mecánicas del juego dejan que desear y que la historia tampoco es nada del otro mundo, en este punto nos encontramos con una de las pocas razones que pueden llevaros a disfrutar del título, por lo que te recomendamos probarlo si quieres una experiencia llena de criaturas y estancias que son realmente turbias y nauseabundas.

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Agony (2017)