Análisis de Garage: Bad Trip

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Imaginaros despertar en un maletero de un coche estrellado y que cuando conseguimos salir, el Mundo tal y como lo conocemos ha desaparecido. Vomitamos y nos adentramos en un centro comercial plagado de zombis que quieren acabar con nuestra vida. A partir de aquí se suceden una serie de acontecimientos que se van entrelazando en una aventura con un rollo retro muy especial y que con su cámara cenital nos recuerda mucho a

Hotline Miami

.

Desde el principio nos queda bien claro que nos encontramos ante un juego muy visceral, donde se nos van a mostrar las acciones sin tapujos, sin censura, tal y como son. Sangre, destrucción, muerte, desmembramientos, todo está ilustrado de forma explícita. Sin embargo, su estética retro junto con una historia un poco banal, hace que pronto nos habituemos a determinadas situaciones y lo que en un principio parece desagradable, se convierte en cotidiano.

Al inicio de la aventura apenas dispondremos de armas con las que defendernos, un hacha de sobradas dimensiones es nuestra única herramienta contra las hordas de zombis. Con el trascurso de los niveles adquirimos nuevas armas que nos hacen el camino más llevadero, incluso se hacen imprescindibles cuando los enemigos pasen a ser soldados bien armados en lugar de muertos vivientes. Una escopeta, una pistola, un fusil militar, incluso granadas son fieles amigos que nos sacarán de los apuros más inverosímiles.

El control es sencillo, fluido, muy intuitivo. Sobre todo si utilizamos un mando. Aunque por ponerle un pero, es un poco impreciso en algunas situaciones. Es habitual que un enemigo venga en nuestra dirección y no le acertemos a la primera a pesar de estar apuntándole. En la pantalla solo se muestra lo que nuestro personaje alcanza a ver, no hay un minimapa para orientarnos, ni tan siquiera orientaciones gráficas de por donde puede haber zombis o soldados. Esta circunstancia hace que el factor estrategia se sustituya por una especie de ensayo-error. Sería de gran ayuda saber que dirección toman nuestros enemigos, en que puntos se encuentran y en función de ello actuar en consecuencia. Pero no, vamos a ciegas, y aunque las mecánicas y lo que tenemos que hacer está muy claro, no saber si al doblar la esquina habrá un soldado armado hasta los dientes que nos aniquilará a la primera de cambio, puede ocasionar que tengamos que repetir las fases varias veces hasta casi aprendernos de memoria los movimientos enemigos.

Controlar la munición y los botiquines es otro factor crucial de supervivencia. Dependiendo de los enemigos que queramos abatir es más útil utilizar unas armas u otras. Por ejemplo, es importante tratar de eliminar zombis con el hacha, siempre que sea posible, y dejar las armas de fuego para reducir a los soldados o los monstruos finales. Igualmente pasa con los botiquines, hay que reservarlos para momentos de verdadero apurón, cuando no nos quede mas remedio, ya que es habitual encontrarnos comida y bebida que restauran nuestro nivel de vida.

En general, Garage Bad Trip es un buen juego con una estética retro muy llamativa y un tratamiento de lo que ocurre muy literal. Estamos seguros que Zombie Dynamics, sus desarrolladores, han meditado cada circunstancia y decisión que les ha llevado a crear el juego tal y como es. Indudablemente es un buen aliado si buscas unas horas de desenfadada diversión. Una apuesta original que nos traslada a un nostálgico pasado.

Su aspecto retro con cámara cenital.

Imprecisión a la hora de disparar a los enemigos.

Directo, divertido y visceral, tres adjetivos que lo definen a la perfección.

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Garage: Bad Trip