Análisis de NieR: Automata

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Versión analizada Xbox One X. Copia digital proporcionada por Koch Media.
Estamos en una generación rara, cuando crees que en un juego es exclusivo de una plataforma, al año sale en la competencia. Ya hasta vemos jugadores nintenderos mezclados con los de Xbox en lo que es una orgía lúdica impensable hace no mucho tiempo. La globalidad al servicio del mass media, que nadie se quede sin su trocito del pastel. Este mes llegan el recopilatorio de Crash Bandicoot y Nier: Automata a Xbox One, dos títulos bandera del soporte de Sony durante todo el año pasada. Todo eso del tirón. Pero vamos a hablar del juego de Platinum Games, con el peculiar Yoko Taro a la cabeza. Como ya hablamos de él ampliamente en su día, podéis conocerlo en profundidad con pinchar en el enlace que aparece en el nombre cada vez que le mencionamos en este texto, nosotros vamos a centrarnos en las novedades de esta versión, que es lo que toca.Estamos ante una aventura futurista, en un mundo devastado en el que las máquinas imperan su ley marcial. Una historia que viene hilada desde la olvidada serie Drakengard y que el primer Nier consiguió hacer interesante con el juego de culto por excelencia durante la pasada generación. Platinum Games impuso su maestría en los juegos de acción, hack’n slash que los llaman, en el que nuestros personajes aúnan combos, esquivas y un sistema de mejoras basadas en chips que hacen que no soltemos el mando en ningún momento… ni siquiera cuando la dificultad no está a la altura de la progresión de nuestras características ni con la habilidad adquirida en las casi cuarenta horas que puede durarnos. Para que resulte un reto meten trampas, artificios para que pongamos todos los sentidos y no cometamos fallos. Pero hay más, hay coqueteos, muchos, con el shoot ‘em up de navecitas clásicas y con esa estructura de mundo abierto que invita a pensar que siempre se abrirá una zona que explorar. Hasta nos engañaremos con que las misiones secundarias son más divertida de lo que realmente son, porque Nier: Automata consigue mediante su jugabilidad y su guión estructurado en diferentes finales que perdonamos esas partes menos buenas hasta justificarlas ante cualquiera que las critique. Nier: Automata es renacer con cada muerte, cada caída en combate es volver a empezar con un nuevo robot en el que se vuelca la información almacenada del anterior. Un reinicio, una nueva oportunidad para que nos encontremos nuestro cuerpo inerte en el mismo sitio en el que pereció para darnos esa bofetada de humildad que necesitamos cada día. Aunque seamos androides. Y esa banda sonora, claro. Porque Nier: Automata nos entretiene con su mundo abierto, sus encargos secundarios, su sistema de combate y su personalización a golpe de añadir chips a nuestra placa base… pero es que lo de la banda sonora de este juego va para ser recordada por lustros. En eso se empeña Keiichi Okabe, currante en multitud de títulos para Bandai Namco pero que es junto a Platinum Games cuando ha desatado todo el potencial que atesoraba. Gran parte del atractivo de jugar a Nier: Automata en una plataforma de Microsoft es disfrutar del potencial de Xbox One X. Y sí, se ve mejor que en PlayStation 4 Pro. La consola premium de Sony ofrecía 1080p y llegaba a los 60 fps la mayor parte del tiempo… pero el hardware de Microsoft logra doblar esa definición y le sobra para añadir algún que otro detalle al escenario. En consola, la versión de Xbox One X se lleva el gato al agua por nitidez, calidad y estabilidad. La otra ventaja es la de disfrutar de todo el contenido creado posteriormente, de forma que el DLC conocido como “3C3C1D119440927” se encuentra disponible a partir de cierto punto del juego (no, no podremos jugarlo antes que la aventura principal) y cuatro diseños para los pods (Grimoire Weiss, Pod retro gris, Pod retro rojo y Pod caja) y el accesorio “Máscara máquina”. Aunque esté añadido sumaba una buena cantidad de horas y varios atuendos llamativos, terminó por parecernos insuficiente ante el desembolso que teníamos que hacer. Que llegue todo junto al juego principal y a un precio total menor que cuando salió en PlayStation 4 se agradece. Nier: Automata es uno de esos títulos que o lo amas o lo odias… pero que debe ser jugado en su totalidad para entenderlo y poder criticarlo con autoridad. Que haya llegado finalmente a la máquina de Microsoft demuestra el esfuerzo por parte de Phil Spencer y su equipo por limar asperezas con los desarrolladores nipones y entablar nuevas alianzas para sus usuarios. Además, por supuesto, de sumar al catálogo de la consola uno de los títulos más singulares, extraños, atrayentes, divertidos y solemnes de lo que llevamos de generación. Puede que no sea de tu agrado, pero ya te adelantamos que será más por ti que por él, porque no pusiste lo suficiente de tu parte para que Nier: Automata se te “metiera” dentro como hace la piel artificial a la hora de recubrir las entrañas mecánicas de un androide. Yoko Taro no es perfecto, pero es interesante y queremos más obras suyas. Y si vienen de las artesanas manos de Platinum Games, mejor que mejor. No es un juego para todo tipo de jugadores, pero todos los tipos de jugadores deberían jugarlo. Queremos más títulos así de redondos y así de rotundos.

La banda sonora. La historia. Luce de maravilla en Xbox One X. La jugabilidad…

… aunque puede que no resulte tan desafiante llegado el momento. Le falta algo nuevo.

Platinum Games demuestra una vez más que son referencia en lo que a juegos de acción se refiere. Tan extraño como maravilloso.

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NieR: Automata