Análisis de Titan Quest

NOTICIAS, PC, PS3 Y PS4


Versión analizada Xbox One X. Copia digital proporcionada por THQ Nordic.

Al igual que hay juegos tipo

Doom

, al que nos hemos referido como décadas para indicar que hablamos de un

shooter

en primera persona, también hay juegos tipo

Diablo

. El juego de Blizzard se convirtió en referencia obligada para los juegos de rol de acción occidentales, género que germinó en PC pero que tuvo en consola su momentazo a partir de que

Baldur’s Gate: Dark Alliance

acertara de lleno en la diana de PlayStation 2. Desde entonces hemos tenido infinidad de propuestas similares en planteamiento, pero de estética y ambientación diversas, como la serie

Marvel Ultimate Alliance

que añadía los tan de moda últimamente superhéroes a la fórmula. Recientemente,

Diablo 3

volvió para callar bocas, hasta en consolas, pero el goteo de juegos tipo “

Diablo

” no ha dejado nunca de parar. Hoy hablamos de

Titan Quest

, veterano de la vieja guardia que analizamos en su versión PC en esta misma casa hace la friolera de once años. Mucho ha pasado desde entonces, nosotros hemos cambiado, pero

Titan Quest

regresa ahora a la actualidad gracias al trabajo de exhumación que Nordic Games está haciendo de todo el catálogo de THQ.

Nuestra aventura comienza en un pequeño pueblo de Grecia, cerquita de la villa de Helos. Tras dar dos pasos nos apremiarán para que nos dirijamos a la citada aldea para que prestemos ayuda, ya que está siendo atacada. Al momento, un campesino nos pedirá que salvemos su caballo de los escarceos de un grupo de sátiros malencarados. Y a partir de aquí será un no parar, nada más llegar a Helos nos pedirán que acabemos con el chamán de los sátiros, mientras socorremos los encargos de medio pueblo, hacernos con los pormenores del juego (pozo para guardar partida y portales de teletransportación principalmente) y entablamos lazos comerciales con los vendedores de la zona para vender el material que nos sobre y conseguir nuevo. Limpiar las inmediaciones de enemigos y monstruos terminará con la solicitud formal de ayuda, el mismísimo Leónidas vendrá a socorrernos… pero eso solamente abrirá otra zona en conflicto en la que se sumarán los recados y los enemigos a batir. Titan Quest nos llevará de la mano para que ajustemos cuentas con los Telkines (criaturas mitológicas) que quieren acabar con el vínculo del hombre con los dioses mientras paseamos por la antigua Grecia, Egipto, Babilonia, China y el propio Olimpo.

Como es menester, nuestro personaje ganará experiencia de sus batallas que podrá canjear para mejorar sus estadísticas que estarán en consonancia a la mejora de equipamiento que podrá lucir en campaña. La suerte es que a poco que le cojamos el truco, podremos ver los objetos que realmente mejoran el que ya tenemos antes de cogerlo, porque la gestión del inventario resulta un tanto torpe al tener que ir a un menú y de allí al que nos interesa. De mejor forma está formulado el sistema de accesos directos a las habilidades especiales y bastará pulsar los gatillos para tener la rueda de acciones a nuestra disposición. Con un botón del frontal podremos alternar entre dos equipamientos completos en un santiamén. Se nota que es un juego de PC con enjundia, ya que la cámara se puede acercar y alejar a nuestro antojo (pero no girar) y el sistema de ataque primario es tan sencillo como dejar pulsado un botón, de hacerlo nuestro guerrero no solo no cesará de repartir estopa al enemigo que tenga justo delante, también correrá al siguiente que esté en pantalla como si le debiera dinero. Este sistema tan de “usar el botón izquierdo del ratón” choca bastante en consola, ya que estamos acostumbrados a tener nosotros más autonomía. Podemos movernos y hacer como que golpeamos, pero una vez descubierto el truco, la cosa pierde un la gracia.

Nos quedamos si multijugador en la misma consola, como de hecho Diablo 3 tiene, pero al menos tenemos la opción de tirar de la lista de jugadores agregados o buscar partida para superar toda la aventura. El juego luce bien para el tiempo que tiene, con sus enemigos que se repiten por decenas y esos pueblos que parecen maquetas de coleccionistas. No estamos ante un remaster ni nada parecido, simplemente se han limitado en trasladar todo lo bueno que ya tenía el juego (con las resoluciones y la tasa de imágenes por segundo acorde a los tiempos que vivimos) a PlayStation 4 y Xbox One. Podremos elegir la frecuencia a la que queremos que la música entre en escena mientras jugamos, pero no hay ni rastro de los subtítulos en las viejunas escenas de video que cuentan la historia. Tampoco es que sea muy original, la verdad. Destacamos la cantidad de objetos y utensilios que podemos ponerle a nuestro personaje, al igual que merecen una reseña las criaturas mitológicas del bestiario, los fans de God of War se lo pasarán de fábula en este sentido.

Estamos ante un buen juego, muy clon en realidad, pero resulta más que aparente y seguro que consigue hacer las delicias de aquellos que lo jugaron hace una década o que ya tienen Diablo 3 más exprimido que los temas que tratan en Sálvame Deluxe. No aporta nada novedoso salvo el manejo con el mando de control y la posibilidad de jugarlo en consola, pero al menos resulta un juego que mantiene el género en todo lo alto. Titan Quest es como comer pipas, un no parar, misión tras misión mientras escudriñamos todo lo que sueltan los enemigos para sumarlo a nuestro repertorio de hallazgos. Si tienes ganas de aniquilar medio compendio de monstruos de la mitología clásica, apúntate a la propuesta de los titanes.

El multijugador en línea es muy divertido. La ambientación y las posibilidades de los personajes.

Se le nota mucho el paso del tiempo, y que eso pase en este género y en consola no es bueno.

Los años pesan, pero el que tuvo, retuvo. Un más que correcto juego de acción de los que veneraban a Diablo.

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Titan Quest