Análisis de Hyper Light Drifter – Edición Especial



Versión analizada Nintendo Switch. Copia digital proporcionada por Abylight Studios.
La enorme comunidad de desarrolladores independientes sigue apostando a la híbrida de Nintendo. El caldo de cultivo que surgió en PC se ha viralizado a las consolas, pero si hay una en la que estas interesantes propuestas están germinando de lo lindo, es sin lugar a dudas Nintendo Switch. Pero solo encontramos que todos los nuevos “indies” quieren estrenarse en la eShop de la compañía japonesa, la mayoría tira de éxitos ya lanzados para revindicar su buen hacer en el pasado. Eso provoca un efecto secundario, la masificación. La cantidad de propuestas que encontramos cada semana en la plataformas de descarga de Switch resulta abrumadora. Toca hacer criba, no podemos con todos. De la última hornada que nos proponen, hay un juego que brilla con luz propia. Lo conocemos de su paso por PlayStation 4, Xbox One y PC, pero ahora le toca el turno a la consola “indie” por excelencia. Se trata de Hyper Light Drifter – Special Edition, una versión que compensa el tiempo de espera en aparecer en la máquina de Nintendo con jugosas novedades.Ésta es la aventura de Drifter, un valeroso héroe que descubre una tecnología proveniente de una cultura ancestral que se creía olvidada. Maldecido por una enfermedad que le consume, nuestro protagonista hará frente a innumerables peligros mientras ahonda más en las criptas y ruinas que dejaron esa perdida civilización. El hecho que nuestro héroe se encuentre enfermo y limitado desde el arranque del juego tiene conexión con la vida real, uno de los principales desarrolladores del título, Alex Preston, sufría una afección cardiaca desde su nacimiento y de ahí que quisieran mostrarlo en su obra. Hasta el nombre del estudio es “Heart Machine”. La historia se narra con nuestras acciones, y como proclaman desde el estudio, el juego bebe de las fuentes de los clasicazos de la era de los 16 bits, tanto estéticamente como en el desarrollo. Por eso no hay líneas de diálogo que complemente lo que vemos, todo se entiende con escenas creadas a partir de una maraña de píxeles y con las animaciones de los personajes. Basta con echar un vistazo a las pantallas para encontrar similitudes conceptuales a películas del Studio Ghibli como Nausicaä para nuestro héroe enfermo o El castillo en el cielo para el universo en el que nos adentramos.La jugabilidad es inmediata. Estamos ante un Action RPG que homenajea la fórmula de A Link to the Past o la complejidad de Final Fantasy VI. Conforme superamos pantallas veremos que nuestra habilidad con la espada de energía y el botón de “dash” crece por momentos, al igual que el uso de la pistola que se recarga conforme abatimos monstruitos. Puzles, exploración y mucha acción para un juego que parece de otra época, una época en la que el cartucho era el medio de almacenamiento predominante y la inventiva de los desarrolladores suplía los grandes presupuestos de ahora. Esta edición especial llega con una nueva zona llena de desafíos conocida como “Tower Climb”. Allí nos espera un nuevo un nuevo traje que nos facilitará la obtención de objetos ocultos en los escenarios, una nueva espada con el nombre de “Blade Caster” y la pistola congeladora “Crystal Shot”.Hyper Light Drifter es pura artesanía digital. Píxeles que dibujan criaturas de otro tiempo, lugares de ensueño y aventuras de las que hacen época. Pocos títulos dicen tanto con tan poco, ya que en esta disciplina pictórica casi se insinúa lo que se quiere mostrar con unos mimbres que rozan lo austero. Eso sí, con brillante resultado. Lo mismo podemos decir de la animación, tan majestuosa como simple. Resulta increíble ver a Drifter tambalearse y toser sangre de forma tan efectiva. Y luego está esa paleta de colores tan característica, con tonos pastel que destaca sobre el rosa que casi se emplea como el color base de todo el juego. Casi lo mismo podemos aplicar al audio, con esas composiciones melancólicas para las secuencias de “video” o los sonidos ambientales que sirven para diferenciar los enemigos o sus ataques.Esta Special Edition es un regalo para los usuarios de Nintendo Switch. El juego se ve de maravilla, funciona a sesenta imágenes por segundo lo que convierte a la jugabilidad en una delicia. A eso debemos sumar el modo multijugador, por si alguno pedía compartirlo con amigos. Hyper Light Drifter es acción, es precisión y es belleza. Es el juego que imaginábamos que saldría para nuestra consola, el que pedíamos a estudios tan reputados como la Square Soft pre-Enix que queríamos que trajeran a occidente. Puede que la cantidad y calidad de títulos “indies” nos haya saturado el paladar de juegos brillantes, pero todavía hay propuestas como ésta que nos ocupa que consiguen abstraernos y volver a convertirnos en niños que alucinan con la capacidad de crear mundos imposibles a partir de minúsculos puntitos de colores.

El detalle de los gráficos. La jugabilidad. Drifter y el mundo que explora.

Si lo jugaste con anterioridad, las novedades te sabrán a poco.

Otro indie para Switch que debe estar en nuestra colección por narices. El arte de este estudio de encadenar píxeles para transmitir es magnífica.

Avance de Bayonetta 2


Puede que alguno tuviese dudas, de hecho, Platinum Games trabaja en casi todas las plataformas actuales sin ningún problema. Pero si alguien mantenía la esperanza, ya puede empezar a asimilarlo,

Bayonetta

es una marca de Nintendo. Lo que vivimos en Wii U, se repite ahora en Nintendo Switch. En aquella ocasión se adaptó la primera entrega a la consola de sobremesa de Nintendo mientras que se anunciaba su continuación. En este caso, Switch recibirá las dos primeras entregas de la serie mientras espera el advenimiento de

Bayonetta 3

, sin fecha oficial confirmada. Una gran noticia que amplía el excelente catálogo de la pequeña consola híbrida con un género que hasta ahora no tenía para ofrecernos. Si Dante y Hayabusa se disputan el reinado de los juegos de acción en tercera persona, nuestra

Bayonetta

es Reina absoluta por méritos propios. Pero lo mejor de todo es que ambos títulos (

Bayonetta

y

Bayonetta 2

) llegarán a mediados de febrero, antes de que se cumpla el año de que Nintendo Switch se pusiera a la venta en todo el mundo. Cuidado con el catálogo de la maquinita, va para leyenda.

Para el que no esté familiarizado con el carácter de la brujita, decirle que estamos ante un hack and slash de manual, la repuesta del equipo de Hideki Kamiya a Capcom por Devil May Cry 4. Lo que se conoce como una guantá sin manos. En esta ocasión tenemos a una estilosa bruja que pasea sus curvas por cualquier dimensión que se la necesite en su lucha contra los grotescos celestiales que habitan en lo más alto, cielo e infierno enfrentados una vez más, aunque todo no es lo que parece. Claro que Bayonetta no tiene una verruga en la nariz ni la piel verde, ella reparte de lo lindo con sus cuatro revolver (dos en sus manos y dos en sus tacones) y un repertorio de combos a la altura de las circunstancias. Todo aderezado con mucho ritmo y enemigos gigantescos de los que quitan el hipo.

En cuanto a la versión de Nintendo Switch, todo parece indicar que ambos juegos serán versiones levemente mejoradas de lo visto en Wii U. Se habla de que los dos juegos funcionarán a sesenta imágenes por segundo, pero esto provocará que se vean a 720p tanto en modo portátil (es la resolución de la pantalla de la consola) como cuando lo juguemos en la televisión de casa. Esperemos que ese guarismo aumente en resolución y quede patente el potencial adicional de la consola frente a Wii U. Otro detalle importante es el tamaño, los cartuchos de Switch son caros y tienen que estar midiendo muy bien el espacio para que los juegos no valgan más de lo deseado. Se ha optado por la misma opción de los dos Resident Evil Revelations fuera de nuestras fronteras… vendrá Bayonetta 2 en formato físico y el primer Bayonetta mediante un código de descarga. Al menos también llegará una versión “Special Edition” que traerá el ya citado código de descarga para la primera entrega, un SteelBook, unas pegatinas y unas cartas de versículo. Ideal para los coleccionistas.

Al igual que en la versión de la anterior consola, tendremos dos opciones de control, el llamado “Classic” en el que podemos hacer tanto las combinaciones de ataque como los movimientos de esquiva con los botones de los Joy-Cons, o el “Touch” que nos permitirá desencadenar todo el poder de la bruja mediante la pantalla táctil de la consola (por lo que no podremos seleccionarlo si jugamos con la consola conectada mediante el dock). Bayonetta 2 ofrece un modo multijugador para dos jugadores, tanto en local para que se una una visita como mediante internet. De esta manera, la modalidad “Clímax Múltiple” nos invita que dos amigos superen oleadas de enemigos de forma cooperativa, aunque recomendamos jugar en una televisión de muchas pulgadas si queremos ver algo con claridad, hay muchos elementos en pantalla y podremos confundirnos a las primeras de cambio. Otra novedad de la versión de Switch es la utilización de los Amiibos, emplearemos las figuritas para acceder a nuevo equipamiento, aunque los detalles todavía no se conocen.

Que nadie se lleve a engaño, la cercanía de las dos entregas de Bayonetta en Nintendo Switch se debe a dos motivos. El primero para facilitar la llegada de la tercera entrega, muchos usuarios de Switch no lo jugaron en Wii U y les facilitan en bandeja de plata entrar de cabeza en la franquicia. El segundo es más peliagudo, y entendemos que es por el bajo coste de producción de llevar ambos juegos de una consola a otra y la rapidez, lo que propicia que tengamos las dos entregas con apenas novedades técnicas y jugables en la nueva consola. No se trata de un remake, ni un remaster del universo, es un “port” con algunas pinceladas nuevas. Los juegos ya se jugaban de lujo en Wii U y llegan a Switch casi intactos, aunque estamos a la espera de recibir noticias de que la resolución finalmente sea superior de lo que se ha filtrado. Esto no quita para que la brujita de Platinum Games no alborote todo el mes de febrero con sus curvas y sus combos, solo pasa que si lo jugamos hace poco en Wii U… quizás no resulte tan atractivo como debería y prefiramos esperar a la tercera parte. No es nuestro caso, pero puede ocurrir.

Análisis de The Elder Scrolls V Skyrim VR



Versión analizada PlayStation 4 Pro. Copia digital proporcionada por Bethesda.
Todo el mundo conoce Skyrim. O por lo menos casi todo el mundo. Bethesda se ha encargado de hacer llegar la quinta entrega de The Elder Scrolls a todos los jugadores posibles. El juego que heredó el legado de Oblivion ha conseguido coronarse por todo lo alto durante la pasada generación, ha vuelto a poner se actualidad con la edición requetedefinitiva en las actuales consolas (con el rimbombante nombre de The Elder Scrolls V: Skyrim Special Edition) y ahora apuesta por una consola de Nintendo y la realidad virtual. La versión para Switch recoge de la mejor forma posible las bondades técnicas y la espectacularidad gráfica del juego original para que podamos disfrutarlo tanto en el salón de casa como esperando a que llegue el metro. En ese sentido, estamos ante una adaptación que aprovecha las particularidades de la consola para ofrecer una experiencia casi calcada a la original. Pero Skyrim VR es otra cosa. De hecho, es otro tipo de experiencia.El juego llega a PlayStation VR, y al contrario de lo que ocurre con otros títulos que podemos jugar tanto con las gafas de realidad virtual puestas como sin ellas (como ocurre con Resident Evil 7), se trata de un juego exclusivo para la realidad virtual. Resumiendo, si queremos jugar con PSVR, debemos tener Skyrim VR, si queremos jugar en la pantalla tradicional tendremos que optar por The Elder Scrolls V: Skyrim Special Edition. Dicho eso, pasemos a los requisitos físicos: el juego permite utilizar dos Moves que simulen nuestras manos como utilizar un Dualshock 4. A la pregunta de cuál es mejor, casi diríamos que lo suyo es alternar. Utilizar el arco con sus correspondientes flechas o blandir una espada resulta increíblemente satisfactorio cuando tenemos ese enorme chupa chups de colores en nuestras manos… pero se pierde control de la situación, no seremos tan ágiles al girar y al desplazarnos como cuando usamos el mando tradicional. Al final pasaremos más tiempo con el Dualshock 4 que con los Moves, pero las pocas veces que utilicemos éstos últimos resultan memorables.Como hemos avisado, no estamos ante un Skyrim al uso. La base está presente, pero se han hecho muchos cambios para que el jugador sufra lo menos posible. Porque la realidad virtual produce mareos, y deambular por un enorme páramo nevado mientras nos persigue un dragón puede ser muy divertido… pero también fatiga lo suyo. Para suavizar su impacto en el jugador, se han simplificado acciones y se ha implementado un sistema de teleportación que alivia las caminatas (al más puro estilo Google Maps), pero que incide directamente en la inmersión. Nuestra salud nos lo agradecerá, pero a cambio de sacrificar unos de los aspectos más importantes de la franquicia. No es que resulte especialmente satisfactorio, sobre todo porque gran parte del sistema de combate de Skyrim se basa en atacar y esquivar hacia atrás… algo que resulta especialmente complicado cuando utilizamos el escudo junto un arma para utilizar las dos manos. Eso sí, la sensación de poder que nos recorrerá el cuerpo cuando invocamos una bola de fuego para chamuscar con nuestros hechizos a los enemigos que osan plantarnos cara es absolutamente placentera.El precio que hay que pagar por ver Skyrim en PSVR es meramente gráfico. El juego en su versión “Special” funciona a treinta imágenes por segundo y luce de maravilla… pero para alcanzar las noventa imágenes por segundo que necesitan las PSVR se ha sacrificado nitidez y resolución. Las texturas se han empobrecido, aparecen elementos en pantalla de forma repentina y las caras… bueno las caras resultan tan feas e inexpresivas como lo han sido siempre. Tampoco las físicas son las mismas, podremos coger objetos como en el juego normal, pero la sensación de que somos unos torpes a los que no le dejaríamos coger un jarrón por miedo a romperlo es constante. De hecho, no podremos coger los cuerpos caídos en combate, suponemos que para aliviar un poco los recursos del sistema a la hora de gestionar el motor de físicas.Skyrim VR se adapta a PSVR como puede para que la experiencia original se vea truncada lo menos posible, eso provoca que ese amplio mundo que tenemos delante nuestro para explorar no resulte tan detallado y llamativo como en la Special Edition. Limitaciones técnicas al fin y al cabo. Lo mismo podemos decir de la parte jugable, se ha metido baza para que nuestro estómago sufra lo menos posible, pero aún así recomendamos jugar poco tiempo de forma continuada… algo para lo que Skyrim no ha sido concebido. Estamos ante una experiencia única, muy distinta de la original, que termina por ser mucho más placentera cuando nos la imaginamos que cuando realmente la ponemos en práctica. Eso no quita para que sea, junto a Resident Evil 7 y Farpoint, el juego que nos acompañe horas y horas junto a nuestras PSVR.

Es Skyrim en todo su esplendor. Usar el arco o lanzar hechizos es una pasada.

El apartado gráfico. Solo recomendado para los que tienen un estómago de acero.

La obra de Bethesda se afea en lo gráfico y se limita en lo jugable para que podamos disfrutar la experiencia de la realidad virtual.

Análisis de Wonder Boy: The Dragon’s Trap

Versión analizada en Xbox One. Copa digital proporcionada por DotEmu SAS.

Para mí, Wonder Boy siempre será la recreativa de Sega del niño rubio en taparrabos que saltaba piedras, lanzaba hachas de piedra y montaba en monopatín. Luego llegaría a mi Game Gear Wonder Boy III – The Dragon’s Trap, un título extraño que se alejaba de la inmediatez de mi amaba recreativa. Hablamos de 1989. La decepción inicial dejó paso a una creciente admiración: se trataba de un aventura total en la que teníamos que explorar un enorme (para la época) mundo lleno de trampas y monstruos mientras mejorábamos el equipamiento de nuestro héroe y acumulábamos las distintas maldiciones que nos convertían en animales. Para que nos entendamos, un metroidvania antes que Castlevania optara por ese sistema de juego. Sí, ya, algunos ni sabéis de qué estoy hablando. El caso es que Lizardcube, desarrolladora parisina que cuenta entre sus filas con gente que lleva en la industria la tira de tiempo, ha querido hacer un remake del juego como carta de presentación. Otro remake, pensaréis la mayoría. Pues no. Han hecho el REMAKE.

El juego es exactamente el mismo… pero parece otro por completo. Nuestr@ valiente guerrer@ (por primera vez podremos escoger entre chico o chica) se adentrará en el castillo para enfrentarse al temible Mekadragón, pero con su último aliento de vida, la maligna criatura hechizará a nuestro personaje con una maldición que lo transformará en lagarto. A partir de aquí, tendremos que buscar la manera de volver a nuestra forma humana mientras abrimos cofres de tesoros, compramos pertrechos (espadas, escudos y armaduras) y eliminamos a toda la fauna que compone el bestiario de Monster Land. El que se sepa el recorrido de memoria de haberlo jugado en su día, tendrá casi todo hecho, pero se sorprenderá al encontrarse seis zonas adicionales concretas. Ojalá todos esos remásteres y ediciones definitivas que están tan de moda tuvieran nuevo contenido como ocurre con el juego que hoy nos ocupa. Ha eso debemos de sumar una galería de arte, música y diseños realmente preciosa. Bien por Lizardcube.

A la memoria nos llega DuckTales – Remastered, que cogía el juego de NES y nos mostraba un precioso diseño de dibujos animados. Pues algo así han hecho con este Wonder Boy: The Dragon’s Trap pero multiplicado por mil. Parece un juego totalmente diferente, con una animación muy cuidada y una re-interpretación de los diseños originales que roza la perfección. Para constatar este hecho, podremos alternar entre los gráficos pixelados del original y los nuevos con solo pulsar un botón, de igual forma que vimos en The Secret of Monkey Island: Special Edition o Halo: Combat Evolved Anniversary. De hecho, entre los saltitos, los combates y la exploración, estaremos más tiempo cambiando entre el estilo vintage y el nuevo en cada pantalla, solamente para deleitarnos con los bellos fondos y los fantásticos diseños creados para la ocasión. La banda sonora también ha sido actualizada y lo cierto es que suena de maravilla. Resulta encomiable la labor realizada sobre un título tan antiguo (1080p y 60fps en todas las versiones), ahora nos queda la curiosidad por saber de qué son capaces la gente de Lizardcube desde cero.

La jugabilidad permanece inalterada… pero la verdad es que se juega mucho mejor con los gráficos nuevos que con los añejos, como comprobaremos al pasar de un estilo a otro. La inercia del movimiento (correr y saltar) resulta mucho más intuitivo que en la versión original, aunque los jugadores que no estén acostumbrados a esa precisión tan de otra época, pueden sentirse fuera de lugar. El juego es complicado, por las peculiaridades del manejo y lo enrevesado del escenario, multitud de puertas que nos conectan un lugar con otro hasta que demos con la ruta más beneficiosa. Lo mejor de todo es volver a visitar las zonas cuando tengamos en nuestro poder todas las “maldiciones”, ya que cada una permite una transformación con nuevos movimientos que abren nuevas posibilidades (en esta fauna tendremos lagarto, león, piraña, águila y ratón). Se ha añadido un sistema de guardar la partida como dios manda, pero también está el sistema original en el que debíamos apuntar un código compuesto de números y letras para continuar desde ese mismo punto. Los tres niveles de dificultad ayudan a que tanto los más veteranos que ya se lo conocen de memoria como los imberbes novatos puedan disfrutarlo sin problemas.

No estamos ante el enésimo título remasterizado que viaja en el tiempo para reivindicar que cualquier tiempo pasado fue mejor, estamos ante un juego de hace casi treinta años que se ve y se siente como si fuera completamente actual. Nada de un par de filtros y retoques, hecho todo de nuevo como deberían actualizarse todos los títulos que quieren vivir una segunda juventud. Claro que a cambio se le notan los años, los achaques. La treintena se nota, sobre todo en el control, en la dificultad y en que podremos acabarlo en un par de tardes a poco que le cojamos el tino (dura entre seis y ocho horas). Un título que enamora por su apartado técnico y por un diseño superlativo, pero que a la hora de la verdad, cuando nos sinceramos, nos da pena que no hubieran apostado por planteamiento original, una hipotética continuación con un sistema jugable actual. Ya sabéis, con más transformaciones, más objetos y más niveles. En cualquier caso, un título imprescindible para los que jugaron al original y para los amantes de los gráficos en dos dimensiones.