Análisis de ARK Park

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Versión analizada PlayStation 4 Pro. Copia física proporcionada por Koch Media.
Por mucho que parezca la peor idea posible, hay quien ve factible montar un parque de atracciones con las especies más peligrosas e indómitas que jamás han existido en nuestro planeta. Positivismo, lo llaman. Los que creemos que siempre hay algo que puede salir mal nunca veremos ese sueño hecho realidad… ni veremos cómo un Velociraptor nos destripa de arriba abajo en menos que canta un Anzu Wyliei. Por mucho que las películas de Parque Jurásico insistan en que al final las criaturas se escaparán de su zona de contención, los chicos de Snail Games tienen claro que es posible, por lo menos como experiencia extrema dentro de la realidad virtual. Sí, son los mismos que se encargaron de convertir el exuberante y exigente Ark: Survival Evolved en una versión minecraftiana con el resultón Pix Ark, y los que hace unos meses nos brindaron este Ark Park del que ahora hablamos con motivo de su lanzamiento en formato físico. Llevan dos spin off del citaado juego de supervivencia, y nos encanta que en todos ellos encontramos dinosaurios.En cuanto a los requisitos, además de nuestro dispositivo de VR y la PS Camera necesitaremos o un Dualshock 4 o dos mandos Move que simulen nuestras dos manos. El juego se autoproclama como una “experiencia de realidad virtual” más que un videojuego al uso, reclamo que han utilizado otras aplicaciones para destacar dentro del amplio catálogo de propuestas que ofrece el PlayStation VR de Sony. Eso mismo podemos ver en su oferta, porque el llamado modo historia no es una más que un recorrido guiado por los modos principales de juego. De esta forma, la oferta jugable se desgrana en tres instalaciones por las que curiosear, cinco mapas que explorar y seis niveles de supervivencia en los que deberemos repeler las oleadas de dinosaurios que nos intentan atacar. Y no, no serán mandas de inofensivos Hesperonychus los que nos acorralen. Pero no todo será disparar para colgar la cabeza de un Triceratops encima de nuestra chimenea, también podremos sacar nuestro lado más ñoño y cuidar vía incubadora del huevo de un dinosaurio hasta que eclosione. Como si de un Tamagotchi se tratase, deberemos cuidar de sus necesidades de forma periódica, porque aunque no entremos en el juego a diario, el tiempo correrá y al volver podremos ver las consecuencias de nuestros actos. Más bien de nuestros “no actos”.Como si de un parque de atracciones se tratase, iremos de un lado a otro a nuestra bola probando todas las propuestas que nos ofrece este Ark Park, que si damos una vuelta en la lanzadera, que si mejor el Jeep, que si somos lo suficientemente temerarios como para utilizar un dinosaurio como montura… que si ahora quiero enfrentarme a una oleada de bichos que quieren devorarme. Al menos el juego nos permite invitar a tres amigos mediante la conexión en línea para que compartan la experiencia con nosotros. A todo esto debemos sumar otro tipo de acciones, como la posibilidad de crear objetos y armas en la mesa de diseño holográfica que podemos utilizar en nuestras vivencias. Con esto se revindica la herencia de la serie principal Ark: Survival Evolved en el apartado jugable, aunque sea de forma casi testimonialLo mejor del juego, menos mal, son los propios dinosaurios. Más de medio centenar de criaturas recreadas para que disfrutemos contemplándolas o acribillándolas sin contemplación. Ya los humanos no resultan tan convincentes, ya que tienen la vivacidad y el realismo de un maniquí del Bershka. Los escenarios, no son muy variados ni aportan nada novedoso que no hayamos visto en las películas de Spielberg, pero al menos pueden disfrutarse en diferentes momentos del día (cuatro en total) de manera que la iluminación provoca que veamos tonalidades muy diferentes entre unos y otros. La poca movilidad y la limitada interacción terminan por jugarle en contra, pero la verdad es que en “estático” luce por lo menos más que aparente. Que llegue completamente en inglés no ayuda mucho (ni siquiera los textos), aunque tampoco hay tanto que entender después de las primeras horas de juego.Ark Park no es el juego definitivo de PlayStation VR, para eso están Resident Evil VII, Moss o el reciente Astro Bot Rescue Mission, pero al menos cumple con lo de ser una experiencia más que llamativa en el dispositivo de realidad virtual. Y lo logra gracias al detalle de los dinosaurios, a la versatilidad para dejarnos hacer lo que nos venga en gana y a poder quedar con otros jugadores para las oleadas de tiroteos. Hay un poquito para cada tipo de jugador, pero queda la sensación que cada tramo jugable podría dar mucho más de sí. Sabemos que PSVR es un periférico para partidas cortas, por aquello de las náuseas y la incomodidad de cargar con el dispositivo en nuestra cabeza, por lo que el planteamiento encaja como un guante para darnos una vuelta por este particular homenaje a la obra de Michael Crichton. Podía haber sido mucho más, sobre todo por el potencial que atesoraba la idea, pero mantiene el tono de propuestas similares que solemos ver para nuestra PlayStation VR.

La cantidad y detalle de los dinosaurios.

Le falta cohesión entre las partes. En inglés. Encontrar a alguien para el multijugador.

Más una sucesión de experiencias que un juego hecho y derecho, algo que en PSVR comienza a ser ya una norma.

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ARK Park